Titulares

 


domingo, 4 de marzo de 2018

No afectar al estudiantado

Editorial

El Estado tiene entre sus más importantes fines brindar educación a componentes de la sociedad en atención a sus necesidades formativas. Tanto, que el porcentaje presupuestal del 4% para la inversión en la enseñanza hizo su entrada triunfal a la realidad nacional gracias a la intensidad de demandas de esa sociedad. Tras la conquista, el rumbo de la lucha magisterial, que ahora incluye la insubordinación, tiende a poner en peligro el desarrollo ordenado de la docencia con otras posibles consecuencias negativas para sectores numerosos de la comunidad.

La contradicción ADP-Educación que ha estado en curso y que ahora se agrava, debe volver a un cauce de mutuo respeto favorable al examen desapasionado de sus puntos de vista, siempre a partir de la obligación de superar el conflicto y garantizar prontamente el desenvolvimiento normal de clases en todos los planteles públicos.

Se ha cuestionado el método de elección de directores regionales aplicado por autoridades facultadas para ello y reputado como fórmula apropiada para garantizar una selección justa entre aspirantes de profesionalidad y experiencia. Debe pasarse prontamente a una conciliación que incluya sopesar, con objetividad, imparcialidad y espíritu constructivo los primeros nombramientos de directores regionales. Si califican a plenitud como conviene al sistema y a una buena gestión, la paz y el respeto deben imponerse.

El espectáculo de lo voluble

Cambiar de opinión, de rumbo, de trabajo y hasta de partido es algo común en este país en el que además se conciertan alianzas que no se fundamentan en programas ni ideologías. El atractivo reside en la capacidad que muestra el poder de pagar con nombramientos la migración hacia sus fines políticos lo que incluye rimbombancias de investiduras con buenos sueldos.

Se ingresa al Estado con derechos a colocar en nóminas a múltiples seguidores sin atender a méritos personales y sin la certeza de que llenarán verdaderas necesidades del tren administrativo. Cuando las contradicciones entre beneficiarios de repartos salen a la luz pública queda en evidencia más interés por los cargos que por las causas de la República. Una sacadera de trapitos al sol que retrata los antecedentes mezquinos de raras coincidencias partidarias.
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